Bookclub: Entre Té y Libros

A few years ago, my friend Stephanie posted on Facebook that she wanted to start a Book Club —including the date and time of the first possible meeting—. I answered the message and invited another friend to go. Thus arose Entre té y libros.

From the beginning, we have been all women, something that happened by chance. From time to time we were three or four, but in our Telegram group we became up to 13 people. The tea was part of all the meetings, whether in a house or in a place. Over time we have changed the places where we meet as well as the drink of choice, all according to our mood. At first, we made a list of books that each of us wanted to read and placed them in a jar. Each time we met, we took out a different piece of paper. We had a season in which all the titles that came out were classics and we realized that we didn't keep up with them. Some stopped reading half-way, others did not start them. So we changed the method to which each member chose the book we would read.

We do not have a particular line of reading, we have read from novels to biographies. But yes, fiction stories are often constant in our choices. The first book we read was Isabel Allende's House of Spirits, and we continued with the trilogy reading Daughter of Fortune —my all-time favorite— and Portrait in Sepía. More than 30 titles make up our list, and at least now I can read between 8 and 10 books a year. Maybe that’s not a lot for you, or maybe it is, but before the Club I barely read one or two titles per year.

We already have more than four years of meeting monthly. Not all the women who started the club continue being part of it, in the past few years, several people have joined and left. Some that went only once, others that lasted months without joining, but in the end, we have stayed with about eight to nine people.

In our meetings, in addition to talking about books —between 30 and 40 minutes—, we take the opportunity to update ourselves about our lives, how we are doing and any emotional crisis. We do catharsis and therapy. We are like a support group united by our passion for reading.

Some members, when they entered, had years without finishing a book, but thanks to the club they have resumed the habit in one way or another. I had spent my adolescence reading but had lost the habit until starting the Club. We have become friends, some entered single and without obligations, and now they are already married or with children. With this club, we have found sisterhood and shelter. All this thanks to the power of a Facebook message that united us, and the power of words of the books that hold us together.

Hace algunos años, mi amiga Stephanie publicó en Facebook que quería armar un Club de Libros —incluyendo fecha y horario del primer posible encuentro—. Respondí el mensaje e invité a otra amiga para que fuera. Así surgió Entre té y libros.

Desde el principio siempre hemos sido sólo mujeres, cosa que surgió por casualidad. De vez en cuando íbamos tres o cuatro, pero en nuestro grupo de Telegram llegamos a ser hasta 13 personas. El té era parte de todas las reuniones, ya fuera en una casa o en algún local. Con el tiempo hemos cambiado los lugares donde nos juntamos así como la bebida, todo según nuestro ánimo.

Para decidir qué libro leer, empezamos escribiendo distintas opciones, las colocábamos en un frasco, y cada vez que nos reuníamos sacábamos un papel distinto. Tuvimos una temporada en que todos los títulos que salían eran clásicos y nos dimos cuenta de que no dábamos pie con bola con ellos. Algunas los dejaban por mitad, otras ni los empezaban. Así que cambiamos el método, ahora cada una elige el libro que tocará leer cada mes.

No tenemos una línea particular de lectura, hemos leído desde novelas hasta biografías. Pero sí, las historias de ficción suelen ser una constante en nuestras elecciones. El primer libro que leímos fue La Casa de los Espirítus de Isabel Allende, y continuamos con la trilogía leyendo Hija de la Fortuna —mi favorito de todos los tiempos— y Retrato en Sepía. Más de 30 títulos conforman nuestra lista y, al menos ahora, puedo leer entre 8 y 10 libros al año. Quizás te suene a poco, pero antes del Club yo apenas leía entre uno o dos libros por año.

En nuestras reuniones, además de hablar sobre libros —en eso estamos entre 30 y 40 minutos—, aprovechamos para actualizarnos sobre nuestras vidas, de cómo nos va y de nuestras crisis emocionales. Hacemos catarsis y terapia. Somos como un grupo de apoyo unidas por nuestra pasión por la lectura.

Ya tenemos más de cuatro años reuniéndonos mensualmente. No todas las que iniciaron continúan, en estos años han entrado y salido varias personas. Unas que solo fueron una vez, otras que duraban meses sin aparecer, pero al final nos hemos mantenido con unas ocho a nueves personas.

Algunas cuando entraron tenían años sin terminar un libro, pero gracias al club han retomado el hábito. Yo que me había pasado la adolescencia leyendo, había perdido el hábito de la lectura hasta iniciar el Club. Nos hemos convertido en amigas, algunas entraron solteras y sin compromiso, y ya están casadas o con hijos. Entre todas hemos encontrado un refugio de hermandad. Todo esto gracias al poder de un mensaje de Facebook, que nos unió, y al poder de las palabras de los libros, que nos mantiene unidas.